Un solo segundo fue suficiente para que a Juan Torres le cambiara la vida. Un segundo fue lo que tardó el viaje en picada desde el escalfo en el que estaba trabajando hasta el suelo de una casa en construcción en Mineola, Long Island. Un accidente de construcción de solo un segundo por poco lo deja en silla de ruedas si no fuera por la ayuda médica y económica que Proner & Proner consiguió para él. Esta es su historia.
Juan llegó en 2002 a los Estados Unidos con el propósito de trabajar unos años y volver a su país natal, El Salvador, con dinero suficiente para montar un negocio. De eso ya van 17 años y hoy por hoy no quiere regresar.
Desde su llegada empezó a trabajar como carpintero de construcción. Su tarea era armar los esqueletos de las casas: una labor peligrosa cuando los obreros están sobre los andamios a 10, 15 y hasta 20 pies de altura. Por doce años trabajó sin ningún contratiempo, pero un lunes del verano de 2014, el salvadoreño cayó de un escalfo a una altura de 20 pies y sufrió un daño en la columna que le ha costado, hasta el momento, 10 cirugías.
“No tenía yo arnés, no tenía casco, no tenía lentes, no tenía ningún tipo de seguridad. Mi jefe tenía que haber llamado una compañía que armara los andamios para que nosotros trabajáramos, pero él por ahorrarse dinero nos ponía a nosotros mismos a poner dos escaleras y unos brackets, y sobre eso el escalfo. Por eso fue que se cayó y se quebró”, cuenta Juan.
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Los compañeros de Juan llamaron al 911 y una ambulancia lo trasladó al Winthrop Hospital, donde estuvo internado por dos semanas. Desde ese momento empezó la lucha por recuperar su salud y ganar la indemnización merecida, en la que Proner & Proner lo acompañó de forma permanente.
“Desafortunadamente yo trabajé casi 17 años para mi jefe, y cuando pasó esto lo que dijo fue que no me conocía, hasta que mi abogado Mitchell Proner lo confrontó en una corte, y lo confrontamos con pruebas. Hasta entonces él aceptó que yo trabajaba para él”, dice Juan.
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Lo que más temía el salvadoreño era que por ser inmigrante la demanda terminara en una deportación, pero gracias a la labor ardua de nuestros abogados Juan descubrió que la justicia americana es para todos:
“No afecta en nada ser inmigrante, porque la ley me amparó e hizo que mi jefe se hiciera responsable; no importa el estatus legal, no se dejen amedrentar o tener miedo por las amenazas de los jefes o contratistas”.
Después de varios años de litigio —porque estos casos toman tiempo—, Proner & Proner logró que la justicia responsabilizara al jefe por el accidente, que el seguro cubriera los millonarios gastos médicos y una indemnización importante por el dolor y sufrimiento de Juan y su familia.
“Sentí mucho respaldo. El abogado Mitchell fue una persona sumamente eficiente en su trabajo y la verdad me gustó la manera en que me representó. Todas las puertas se abrieron y la representación legal fue excelente”, asegura el salvadoreño.
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Ahora, gracias a la ayuda de Proner & Proner, Juan puede sostener a su familia aún cuando no está trabajando y sueña con estudiar para ser maquillador de cine.
“Yo les recomiendo a todos que ante cualquier cosa que les pase, por muy leve que ustedes piensen que sea, llamen de inmediato un abogado”, dice Juan. Y qué mejor si es un abogado experto en accidentes y lesiones personales en NY, como los de Proner & Proner.
Si sufre un accidente, ¡llámenos hoy mismo! Nuestras consultas son completamente gratis y sólo cobramos si ganamos el caso. Nuestro número es 1-800 627 9627 y atendemos las 24 horas, los 7 días de la semana. También puede llenar este formulario en línea.
Somos la marca en español de Proner & Proner, una firma de abogados de accidentes con más de 60 años de experiencia litigando casos desde NYC.
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