¿La aseguradora puede espiarme por mi caso de accidente?

“Yo tuve un cliente, hace muchos años ya. Se llamaba Juan Galarza y tenía 78 años. Estaba trabajando en un techo y se cayó. ¡Un trabajo difícil! Se rompió sus piernas, sus costillas, el cuello, el brazo, la cabeza. ¡Se rompió todo! Estuvo en el hospital durante muchas semanas, salió, y yo inicié la demanda”, cuenta Mitchell Proner. 

Dos años después del accidente de construcción, cuando la demanda estaba en curso, los Abogados de Confianza de Proner & Proner recibieron un video en la oficina.

En el video, Juan Galarza cruzaba una calle apoyado en su bastón cuando un carro pasó cerca, muy cerca, y el cliente del susto salió corriendo. “Okay, no importa, puedo explicarle al jurado que ese fue un juego sucio para asustar a mi cliente y que saliera corriendo, pero no significa que pueda caminar normalmente”, pensó Mitchell Proner. 

Sin embargo, el video enviado por la compañía de seguros continuaba. 

En la segunda parte, Juan Galarza, que entonces tenía 80 años, subía por unos escalones con el bastón colgando de su brazo hasta una tienda de electrodomésticos. Al rato, el hombre salía de la tienda cargando una pequeña nevera, bajaba las escalas (el bastón aún colgando del brazo), y cargaba la neverita por una cuadra, dos cuadras, cinco cuadras, ¡con la fuerza de 10 hombres!

“Con cada cuadra que él caminaba, el valor del caso bajaba más y más, porque no podemos decir que nuestro cliente está incapacitado para trabajar por su accidente de construcción cuando sabemos que la aseguradora tiene esos videos”, confiesa el abogado Proner.

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