El escenario es el siguiente. Tú eres un trabajador de construcción en Nueva York que nació en algún lugar de América Latina. Un día de otoño, mientras trabajabas, te caíste de un andamio.
Fue una caída de veinte pies de altura, según te dijeron tus compañeros. Te llevaron en ambulancia, aunque tú hubieras preferido ir por tu propia cuenta. No quieres ni pensar en los billes que empezarán a llegar a tu buzón en un par de semanas. En el hospital te examinaron de los pies a la cabeza. Te hicieron radiografías, te sacaron sangre y te metieron en uno de esos aparatos de resonancia magnética. Los médicos dicen que tienes varios discos de la columna dislocados. Necesitas una cirugía. Eso significa que no vas a poder trabajar en mucho tiempo.
Unas semanas después, los billes empiezan a llegar. Los del hospital pero también las otras cuentas, las que normalmente recibes: el internet, los servicios, el arriendo, el mercado, los cuadernos de tus hijos. La vida de afuera sigue mientras la tuya está suspendida. Necesitas recuperarte, sí, pero también necesitas dinero. Y lo necesitas ya.
Un compañero de trabajo te recomienda una firma de abogados de accidentes. Ellos te dicen que puedes demandar y que por la gravedad de tus lesiones podrían darte una compensación millonaria. Pero esas demandas toman tiempo, dicen, y mientras tanto tú debes vivir de algo. Entonces te ofrecen un préstamo.
“El problema con ese dinero prestado es que los clientes deben pagar intereses altísimos”, dice Mitchell Proner, el abogado jefe de nuestra firma.
Antes de hablar de los préstamos hay que entender que después de un accidente de trabajo existen dos tipos de reclamos. El primero es la compensación laboral, que es un seguro al que tienen derecho todos los trabajadores de Nueva York que se accidentan en el trabajo. A cambio de ese derecho, los empleados renuncian a demandar a sus empleadores. Ese seguro cubre los gastos médicos relacionados con la lesión laboral y dos terceras partes de los salarios perdidos sin deducción de impuestos. Normalmente, si no hay ninguna complicación, el dinero de “workers’ comp” debería estar 18 días después de que inicia el reclamo.
Te puede interesar: 5 claves para que tu reclamo de compensación laboral sea exitoso
Al mismo tiempo, hay algunos casos de accidentes de trabajo que pueden desembocar en una demanda de lesiones personales. Esto ocurre cuando hay un tercero involucrado en el accidente; por ejemplo, el dueño del edificio que debió garantizar la seguridad para los trabajadores que estuviesen allí (siempre y cuando esos obreros no sean sus empleados directos, sino de un contratista). Esas son las demandas que pueden dejar indemnizaciones millonarias, pero por lo general toman meses o incluso años.
En Proner & Proner, nuestros Abogados de Confianza sugieren a nuestros clientes llevar ambos procesos legales al mismo tiempo, siempre que sea posible: la compensación laboral y la demanda contra terceros. Algunos bufetes, sin embargo, solo toman casos de demandas y ofrecen préstamos a sus clientes a través de otros bancos u otras compañías para solventar los gastos mientras el caso se resuelve.
“Si no les llegan los cheques de la compensación cada dos semanas, la gente está desesperada y vive del dinero prestado. Pero al final del caso deben pagar el préstamo con una gran parte de la indemnización, y son los abogados y la compañía que prestó el dinero los que terminan con los bolsillos llenos”, explica Mitchell Proner.
Por eso, para el jefe de nuestro bufete, siempre es mejor contratar un abogado que sepa lo que está haciendo y que busque los mejores beneficios para sus clientes.
¿Sufriste un accidente o quieres cambiar tus abogados de lesiones? Consulta gratis tu caso con Mitchell Proner o con otro de nuestros Abogados de Confianza. Nuestra firma es bilingüe y nuestros abogados sólo cobran si ganan tu caso, así que no tienes nada que perder, ¡llámanos hoy al 1-800 321 1234 o llena este formulario en línea!
Los artículos de este blog tienen únicamente propósitos informativos y no sustituyen el consejo legal de una consulta abogado-cliente. Si estás buscando asesoría legal, por favor contáctenos por vía telefónica.
Somos la marca en español de Proner & Proner, una firma de abogados de accidentes con más de 60 años de experiencia litigando casos desde NYC.
Conoce más sobre nosotros
© Copyright Abogados de Confianza, 2022